6/5/12

Conservar las obras enmarcadas - Parte II

Siguiendo con la primera parte de esta serie de entradas sobre la enmarcación de conservación, hablamos de las obras cuyo soporte es el papel, que generalmente está compuesto por fibras de celulosa, aunque hoy en día ya papeles sintéticos. Hasta finales del siglo XVIII se hacían papeles de la mejor calidad, con unas fibras ricas en celulosa, lino o cáñamo y que se utilizaban principalmente colas de origen animal. En los papeles de fabricación moderna, en los que aún se utiliza fibras de celulosa, éstas se obtienen con procedimientos químicos, y se utilizan otros encolantes, y son generalmente de menor calidad; aunque hay que subrayar que también se hacen papeles y cartones especiales con algodón o lino, libres de ácidos y hasta con reserva alcalina. mejorando las calidades, dando una garantía de estabilidad y durabilidad.

El papel suele contener entre un 5% y un 10% de agua. Como sabemos, el PH es el grado de acidez o alcalinidad del papel. Con valores que van desde el 0 - papel totalmente ácido - hasta el 14 - que sería un papel totalmente alcalino - pasando por un término medio, o sea un PH 7 que sería un papel neutro. Se trataría de lo más adecuado poder acercarse a ese valor medio para asegurar la permanencia o durabilidad del papel, sino se volvería amarillento y quebradizo.


Si el papel es de celulosa 100% tendrá más posibilidades de permanecer blanco y sin oxidaciones; generalmente son los papeles de algodón o lino. Los papeles de pasta mecánica de madera se deterioran mucho con el tiempo, ya que en la pasta no sólo lleva celulosa sino otros componentes del árbol, como lignina, minerales, lípidos, etc. Para eliminar el color natural de la fibra y poder llegar al blanco se suele aplicar a la pasta soluciones coloradas a través de procesos químicos (antiguamente se utilizaba cal para ello).

También se añaden aditivos a la pulpa celulósica para mejorar aspectos como la resistencia a la doblez y a la tensión, la humedad, evitar el desprendimiento de pelusas u otros materiales añadidos.


Daños químicos


Se tratan generalmente de degradaciones que producen un alto grado de acidez, provocando la destrucción molecular, aumentando su fragilidad. El origen de esta degradación puede ser debida a las materias que integran el propio papel en presencia de otros factores como la luz y/o la humedad.




Marcas en la obra debida al paspartú ácido


Otros contaminantes pueden trasmitirse por el contacto directo o por emanaciones que provienen de elementos que han intervenido en la conservación hasta ese momento del papel, como pueden ser adhesivos, cintas adhesivas, disolventes, barnices, cartones, maderas, papeles, etc., etc.





Restos de adhesivo que ha dañado el papel



También la acción de otros factores como la luz, sobre todo las radiaciones ultravioletas de la luz; y acompañado con variaciones de temperatura, de humedad, sumando la suciedad que llegan a crear reacciones químicas generando acidez, tanto en el papel como en las tintas. Normalmente nos damos cuenta de ello cuando se ven a simple vista, oscureciendo o cambiando el color del papel e incluso produciendo alteraciones y transformaciones del color, llegando hasta desaparecer alguno de los colores.

Evitar estas degradaciones químicas con el enmarcado


- Lo primero, conocer los materiales, productos y técnicas a utilizar.

- Evitar el contacto y las emanaciones de materiales ácidos e higroscópicos.

- Atención a la luz directa. Importante no exponer las obras a las radiaciones ultravioletas. También ayuda a la protección colgando el cuadro algo inclinado respecto al plano de emisión de la luz. Para ello es fundamental separar el cuadro de la pared ayudándonos de la hembrilla de la que cuelga. Conviene que esté más separado de la pared de la parte superior que de la inferior. Y si es posible, no exponerlo delante de una ventana, que le den los rayos de sol directamente. En caso de no ser posible, utilizar un vidrio o metacrilato con protección ante los rayos U.V.

- Utilizar materiales de conservación, como en las traseras, paspartuses o cintas adhesivas y de precinto a base de celulosas de lino o algodón, de PH neutro y en algunos casos con reserva alcalina.


- Ojo con la humedad. Para poder mantener un grado de humedad constante en el interior del cuadro utilizaremos productos hidrofugantes y reguladores de la humedad. El más conocido son las bolsitas de sílicie (las típicas bolsas que viene en productos como calzado, bolsos, etc.), también los papeles barrera, que es un papel muy blanco, sin ácidos, que no amarillea con el paso del tiempo. Está producido con un tratamiento contra moho y contiene una reserva alcalina que neutraliza la migración de los ácidos.

Pero el mejor material que he descubierto es el Art sorb, que se trata de un producto también de sílice sensible a la humedad, que la absorbe o suelta compensando así los cambios ambientales del espacio en que se halla. Ideal para enmarcaciones, tanto normales como en vitrina.

Su capacidad es muy superior a la del gel de sílice corriente, aumentando cinco veces su efectividad, incluso en ambientes de alta humedad relativa. Se presenta en hojas, perlas y cartuchos, acondicionados todos a una humedad relativa del 50%.

Espero que os haya servido esta breve información sobre los daños químicos en las obras sobre papel. En la próxima entrada os hablaré de los daños por contaminación biológica.
















No hay comentarios:

Publicar un comentario